Muchas veces dedicamos gran parte de nuestro tiempo y energía tratando de mejorar aquellas áreas de nuestro carácter y forma de vida donde sabemos tenemos áreas de oportunidad por desarrollar, esto es, nuestras debilidades.

Eso es bueno y tenemos que hacerlo en la medida de lo posible. Sin embargo nuestra verdadera ventaja competitiva —en una empresa o en una persona— está en fortalecer aquello que si sabemos hacer, que somo buenos en ellos y nos han dado ya resultados. Nuestras fortalezas.

Tus fortalezas son tu valor diferencial. Son las que te inspiran, te dan energía y te permiten avanzar con claridad y propósito. Las debilidades pueden gestionarse, pero las fortalezas deben cultivarse.

| 𝗖𝗼𝗻ó𝗰𝗲𝘁𝗲, 𝗲𝗻𝗳ó𝗰𝗮𝘁𝗲 𝗲𝗻 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲𝘀 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿, 𝘆 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘁𝗿𝘂𝘆𝗲 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗮𝗵í. |

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